«Dentro del desorden, yo se donde tengo las cosas». Con esta frase se escudan las personas desordenadas para evitar tener que enfrentarse a un duro enemigo: el orden.
En la mayoría de los casos, no es cierto que sepan donde guardan todo. Cuantos objetos repetidos habrá en los diferentes cajones, comprados por ignorancia de no saber que los tenían y por vagancia de no perder el tiempo buscándolos, revolviendo y poniendo el piso o el despacho patas arriba.
Excusarse en el desorden es una manera fácil de no enfrentarse a una realidad y puede convertirse en un serio problema difícil de solucionar cuando el caos invade nuestras vidas.
Los inicios suelen ser variados, aunque hay casi siempre un denominador común que es la falta de tiempo. La vidas que llevamos, activas, estresantes y a una velocidad vertiginosa provocan que dediquemos poco tiempo al orden.
Las cosas se empiezan a acumular creando montañas de objetos varios, quedando en el olvido todo aquello que se encuentra en la parte inferior. Nunca más volveremos a saber de esa camiseta, esos calcetines desparejados que creímos que se los había tragado la lavadora o ese documento tan importante que hemos tenido que volver a imprimir en un par de ocasiones.
Pero no hay tiempo para organizar todos esos objetos que aumentan a medida que pasan los días.
Esto nos lleva a ser menos productivos a sentir más estrés e infelicidad al darnos cuenta donde hemos llegado entrando en un bucle de desmotivación y la sensación de perder el tiempo intentando, en vano, ordenar todos los objetos sin llegar a encontrarles un sitio.
La solución es fácil: dedicar tiempo al orden, nos hará ser más efectivos en nuestro día a día y, a medio plazo, las ansiedades y el estrés darán paso a sensaciones de tranquilidad. Si logramos que cada cosa tenga un lugar, guardarlo cuando no lo usemos será rápido y sencillo y las cosas dejaran de acumularse en esa montaña de materiales y objetos variados.
Por otra parte, y no menos importante, deshacerse de todo lo innecesario es básico para mantener el orden y poder organizarlas con mayor facilidad.
Cualquier momento es bueno para empezar de cero, pero si lo hacemos coincidir con una reforma en nuestro hogar podemos diseñar espacios especialmente creados para guardar, almacenar o archivar a fin de que cada cosa ocupe su lugar, creando espacios a medida de nuestras necesidades.